Hubo un tiempo en el que a todas las consolas se las llamaba “la Nintendo”. Pero, lo que ahora se escucha más es aquello de “la Play”. La verdad es que Sony irrumpió con muchísima fuerza en la industria de los videojuegos aunque, más allá de su innegable éxito, la historia por la qué se animó a dar ese paso no deja de resultar paradójica.
Todos recordaremos el Mega – CD de Sega, un accesorio que consiguió elevar las prestaciones técnicas de Mega Drive, y colocarla por encima de Super Nintendo. Aun así, la compañía del fontanero también llevaba un tiempo trabajando en su propia unidad de CD para Snes, y ¿quién se estaba encargando de eso? ¡Sony! Resulta que, a cambio de diseñar el chip de sonido de Snes, se reservó también los derechos para una futura Super Nintendo CD.
Entonces, ¿por qué no acabó saliendo? Porque Nintendo decidió finalmente encomendar esta tarea a Philips, aunque, como sabemos a día de hoy, este acuerdo tampoco acabó dando los frutos esperados. A pesar de eso, sí que salio la Philips CDI, y debido a esa relación con Nintendo, se permitió que algunos personajes como Mario y Link tuvieran sus propios juegos en esta consola.
Pero volvamos con Sony, ¿qué sucedió después? Que Sony demandó a Nintendo por incumplir el acuerdo que ambas tenían. En consecuencia, finalmente se aceptó que cada compañía, con la tecnología CD que habían desarrollado, pudiera fabricar su propia versión de la consola. De esta manera, Sony utilizó esos avances y en 1994 lanzó su nueva plataforma de juegos. Sin embargo, hay un dato curioso más, el nombre que iba a recibir esa unidad de CD para Snes era, ni más ni menos, el de Nintendo Playstation.
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