martes, 7 de octubre de 2014

Análisis de Sonic the Hedgehog para Mega Drive

El emblemático anillo
Sonic será el encargado de inaugurar la sección de reviews de Fortificación de Juegos. Es uno de esos juegos en los que no se puede discutir su condición de clásico, ya que el paso de los años no le ha hecho perder ni un ápice de su calidad. En Mega Drive tuvo cuatro entregas (cinco si contamos Sonic 3D), pero el primero, como casi siempre pasa, tiene ese “no se qué” que lo hace único.
Curiosamente, la saga de Sonic se inició con la necesidad de Sega de encontrar una mascota tan carismática como lo era Mario para Nintendo. Por aquel entonces, lo más parecido que tenía Sega, en este sentido, era Alex Kidd, pero no era suficiente, así que acabó creándose este simpático erizo. Además, no pudo tener mejor inicio en el mundo de los videojuegos, y ahora veremos el porqué.
¿Qué tenía Sonic de Mega Drive? – Buenos gráficos: los niveles eran detallados, coloristas y bonitos. Los personajes estaban bien diseñados, y las animaciones de Sonic son realmente buenas (mención aparte el detalle de cuando está a punto de caerse). Asimismo, cuando Sonic golpeaba un enemigo, éste explotaba liberando uno de los animalillos que Robotnik había secuestrado.
– Buena música: ¿quién no recuerda la canción de la primera pantalla? Sus melodías son realmente pegadizas y combinan muy bien con la acción desenfadada del juego. Y ¿qué decir del resto de sus míticos efectos de sonido? Podían ser algo simples, y más ahora, pero a nadie le suele desagradar el característico sonido de Sonic al saltar o al coger anillos.
– Buena jugabilidad: el manejo del personaje es sencillo y responde muy bien. Un solo botón de acción para saltar es suficiente, ya que con pulsar abajo, mientras corres, se hace el Spin Attack. Dos únicos movimientos y un sinfín de posibilidades para llevarlos a cabo con la precisión que cada situación requiera. Lo mejor es que sea el propio juego el que disponga los retos.
– Buena duración: Es un juego muy largo, 7 mundos con sus correspondientes pantallas cada uno de ellos. Como no se podía guardar partida (antes no era tan común como ahora), es el típico juego que te puede servir para echar toda una tarde. Algo característico de los plataformas de los años 90. Además, en este caso está el añadido de intentar acabarlo consiguiendo todas las esmeraldas.
En conclusión, un juego que sirvió a Mega Drive para vender muchas unidades, y que supuso un salto de calidad incuestionable frente a las consolas de 8 bits del momento. Aun así, Sonic también decidió lanzar este juego para Master System y Game Gear, pero no como una conversión, sino como un juego distinto. Así que, cuando te pasas el Sonic de Mega Drive, siempre se puede probar el de Master System.

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